14.7.14

Adiós L.U.Z. que te apagaste



          Ojalá pudiera decir que estoy orgullosa de la marca “hecho en Venezuela”, quisiera estar orgullosa de lo nuestro, de las ideas que ha parido nuestro país a través de sus hijos propios y adoptados. Pero realmente no lo estoy, y si algo estoy, es decepcionada y avergonazada de vivir en la Venezuela de la “Revolución Bonita”, la del “siglo XXI”, la que se lleva todos mis sueños e ilusiones a la misma tumba donde está enterrado el culpable de estos males.

Quisiera poder decir que estoy orgullosa de mi Vinotinto, pero la verdad es que siempre pierden, y que no los siento como míos, quizás es que están muy politizados. Pero entonces quisiera poder decir que estoy orgullosa de las películas venezolanas, pero la mayoría son de malandros y drogas, y son tan solo la ventana a la realidad de la Venezuela que independizó a la mitad de Latinoamérica, para que luego Latinoamérica nos dejará solas a mi "Patria" y a mí. También quisiera creer que al menos las playas de mi país son las más hermosas, pero están llenas de buhoneros y basura, están llenas de anti-ciudadanos.

Ya me he encontrado en varias ocasiones con el Aeropuerto Internacional de la Chinita sin aire acondicionado, en un país petrolero. Me he topado con semáforos dañados y calles con huecos al centro de la tierra, hospitales sin cosas tan básicas como suturas y jeringas, pero de todo lo que he visto, lo que me causa más dolor como estudiante es una Universidad sin pupitres.

FCJP LUZ Martes 07/07/2014

Puedo aprender a tolerar ver clases sin aire acondicionado en una ciudad de 37 grados en la sombra, aunque a partir de las 8:00 AM ya mi cerebro deje de funcionar, y trato de obligarme a copiar algunos garabatos de lo poco que le puedo captar al profesor. Puedo entender que los profesores lleguen una hora tarde, o que no lleguen en absoluto, a pesar que mi tiempo también sea importante. Puedo incluso tragarme el odio cuando llego a la Universidad y está todo cerrado porque hay paro de algún tipo. Pero lo que no concibo, lo que me rompe el alma de todas las cosas previamente mencionadas, es no tener pupitres en mi Alma Mater, en el Alma Mater de mis papás, de mis tíos, de mi ciudad. Esto es, sin duda, el símbolo de la degradación total de una casa de estudios con el lema “después de las nubes, el sol, después de la oscuridad, la luz”.

Paradójicamente se apagó la luz de L.U.Z., y es que no viene pronto porque la iguana se comió el cable, y no hay divisas para traer uno nuevo.


Ya mi motivación por ser abogada de la FCJP en LUZ es inexistente, mis ganas de aclarar mis dudas en clase, ser responsable, llegar a tiempo, cumplir mis tareas, comprar las leyes y guías, estudiar para los exámenes, querer ser Suma Cum Laude... se fueron al barranco el día en que llegué al salón y no había ni un solo pupitre en el aula. Es como un supermercado sin alimentos, como un parque sin árboles, como un libro sin hojas.

Soy estudiante, y merezco respeto. Soy estudiante, y exijo un pupitre donde sentarme para aprender las teorías con las que arreglaré a mi país. Soy estudiante y tengo dignidad, tengo sueños y frustraciones, y tengo miedo todos los días de mi vida porque cada vez que intento poner mi granito de arena, el Gobierno intenta degenerar más aún mi condición de ciudadana y de venezolana.

Pero aunque con miedo, todos los días nos vuelvemos a levantar y vamos a la Universidad. A esa Casa de Estudios sin pupitres, sin aire acondicionado, sin baños, incluso, a veces, sin profesores, porque tumbarán al indio, pero jamás a la idea.

No es un secreto que uno de los targets más cruciales para el régimen “revolucionario” es eliminar al estudiante y al profesor, desaparecer la Universidad, borrar el conocimiento de la historia, suprimir las ganas de aprender y salir adelante, porque representan una incomodidad y un riesgo para quienes toman las decisiones por nosotros, sin nuestro permiso.

Pero somos los estudiantes quienes debemos llevar la batuta para cambiar de régimen y de sistema, evidentemente acompañados por la sociedad civil y demás grupos y sectores del país. 

Y a este régimen, la mediocridad no la vamos a permitir, si no nos dejan soñar, no los dejaremos dormir.



@Mariapollina_

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