18.6.14

La Sagrada Eucaristía


No es casualidad el silencio de la Mesa de la “Unidad”, es complicidad. El comportamiento de algunos de sus integrantes corresponde coherentemente a sus propios intereses, aspiran el status quo de Venezuela donde el régimen de Maduro canta, y la oposición aplaude.

Sus voceros prefieren mirar hacia el otro lado, e ignorar las agresiones al pueblo venezolano. Aveledo carece del mínimo sentido común para si quiera aparentar preocupación por el caso de Leopoldo López, mucho menos mostró remordimiento con relación al ilegítimo despojo de la investidura parlamentaria de María Corina Machado. Ramón Guillermo abandonó a Leopoldo, a María Corina y al pueblo venezolano.

Es preocupante que los pseudo líderes de oposición pretendan velar por los intereses del pueblo, sentándose a dialogar con un régimen que aumenta la represión, a pesar que el nivel de las protestas haya disminuído. Es un pecado “dialogar” con el opresor, siendo el oprimido. El problema más grande radica en que ni Bassil Dacosta, ni Geraldine Moreno, ni Roberto Annese asistirán al diálogo puesto que pronto cumplirán cuatro meses de asesinados, y sus casos todavía impunes.

En este sentido, cada vez la Mesa de la Unidad pierde más credibilidad, porque dejó de escuchar la voz y las preocupaciones de los venezolanos de oposición para representar intereses particulares. Si hay algo que comparte el régimen y la mesa, es que como el comandante, su cinismo también es galáctico, eterno y supremo.

Pero en un régimen dictatorial nadie es intocable, y la MUD está desfasada de la realidad si creen que ellos sí. Y cuando llegue el momento, cuando las condiciones estén dadas, cuando el pueblo y el venezolano de a pie toquen fondo, y la calle sea nuestra, no olvidaremos quién luchó, y quién no.

El pueblo venezolano perdona, pero no olvida. Y quien hoy le da la espalda a los estudiantes, quien hoy le da la espalda a la sociedad civil, a los obreros y trabajadores, a las madres de familia, mañana no puede pretender quedar impune. Esto también aplica a todo aquel alcahueta que apoya las barbaries de este gobierno, a los enchufados.

Como en los juicios de Nuremberg, como a Milošević, quien no abogue por el bienestar del pueblo, quien voltee la cara en tiempos de dictadura, quien diga que actuaba bajo órdenes superiores, responderá ante la justicia, para que los venezolanos puedan abrir sus corazones de nuevo, y en algún momento, perdonar y redimirse.

15.6.14

La Ola





Si la oposición fuera gobierno, quizás el Poder Judicial no estuviera tan corrompido. Si la oposición fuera gobierno, el CNE podría ser imparcial. Si la oposición fuera gobierno, muchos estudiantes estuviesen en sus casas, y no en las cárceles venezolanas.

Sin embargo la oposición no es gobierno, y el Poder Judicial está corrompido, el CNE no es imparcial, y los estudiantes duermen hoy en las cárceles bolivarianas, llenas de patria y barrigas vacías, y no en sus casas con sus familias.

Desde hace rato nos metimos en un juego de ajedrez sin tener claridad del contrincante ni del reglamento, en este juego llevamos desventaja, tenemos puros peones mientras el señor de la berruga, y ahora el del bigote, tienen puros alfiles, caballos y reinas. Y desde el principio ha sido así.

No lo llegué a percibir sino hasta el 14 de abril del 2013 cuando por fin la música la puso la oposición, y fue el oficialismo quien bailó a nuestro son. Desde ese momento comprendí que podíamos darle la vuelta al panorama.

Pero volvimos al principio, estamos caminando en círculos, todas las situaciones que se nos presentan son un arma de doble filo. Es por esto que el pasado 25 de mayo, en las elecciones de San Diego y San Cristóbal, se nos presentó una diatriba que no podíamos tomar a la ligera.

En el primer escenario no enviábamos candidatos para las elecciones, el oficialismo sí, y como resultado perderíamos dos alcaldías estratégicas a nivel nacional, un pequeño de javû del 2006 en las elecciones parlamentarias. En el segundo escenario, el cual asumimos, participamos en las elecciones, y a pesar de haber ganado ambas alcaldías, legitimamos un CNE corrupto e ineficiente, y unas elecciones viciadas de nulidad desde el principio.

Es evidente que estamos bailando con la música que coloca el régimen, muy probablemente Alí Primera, o Silvio Rodríguez, en vez de tomar una actitud ofensiva, meramente respondemos a los problemas que nos van llegando, no terminamos de observar toda la situación en conjunto.

Quizá nuestro problema como venezolanos es que preferimos olvidarnos de los problemas que nos aquejan, esperar a que otro tome acción por nosotros para luego seguirle, o a veces asumimos que como “ya somos opositores” no tenemos que salir a la calle a demostrarle nada a nadie, pero en realidad sí tenemos que demostrarle algo a alguien, tenemos que demostrarnos a nosotros mismos que nos importa nuestro futuro, nuestro país, nuestros vecinos. Nos hemos insensibilizado al punto que el país se está cayendo a pedazos, pero mientras no nos muerda a nosotros, nos quedamos callados.

No obstante, perro callado, muerde dos veces. La sociedad venezolana ha resistido mucho, pero la liga no estira tanto, y podría estallar pronto de nuevo. Los meses en los que el venezolano estuvo en la calle, recuperamos una memoria que parecía extinta, pero solo estaba olvidada. El ciudadano de a pie percibe la injusticia, la desigualdad y la inseguridad, y no le gusta. Sin embargo, ese venezolano no sabe canalizar sus frustraciones, y requiere de su hermano compatriota para entender el malestar que siente.

La situación actual nos exige que seamos un poco más críticos con nosotros mismos y con la realidad en la cual nos encontramos. Aprender de nuestros errores pasados, y no volverlos a cometer. No ignorar al vecino, al de al lado, sus problemas son exactamente igual a los nuestros, su sufrimiento es nuestro sufrimiento.

No sabemos exactamente qué tenemos que hacer, pero sí sabemos cómo hacerlo. Sí jugamos con las mismas reglas del régimen, como ese glorioso 14 de abril, en el cual estoy segura ganamos las elecciones presidenciales, podemos recuperar la Venezuela donde los hermanos Faddoul, Karen Berendique, Franklin Brito y Mónica Spear estuviesen en este momento compartiendo con sus familias. Es hora de comenzar la segunda fase de la protesta. La reconquista.