17.1.13

nunca dudes de los espejos, ni de los borrachos.

Me costó mucho entender el rechazo, supuse que era la hora, y que las lunas no se habían alineado. Pero siempre volvías a mí, aunque siempre fue tu decisión, siempre volvías a casa... Hasta que la niña rompió el juguete, y alarmó al pueblo de que venía el lobo... Y tú, tan fugaz y voraz, dispuesto a sacrificarte por la tonta muñeca. Ése fue el día en el cual decidí arriesgarme a ser feliz y encontrar un príncipe que me amara, porque ya estaba harta de besar sapos y comer manzanas, y necesitaba un noble comienzo... Ya no más de princesita, si no de proletariado desdichado.

Fui entendiendo que la vida no es como un cuento de hadas, es mas un deseo reprimido en búsqueda de un comienzo, de una historia y de un final alegre. Un "¿así no más?, me dejaste deseando tu alma" pero nunca llega ese ser encanto que te salve de tus peores miedos y tristezas, que te salve de esa soledad absoluta que te tiene condenado.

Por eso estoy en huelga, porque la fantasía y mi memoria me engañan, y nunca parezco cumplir lo que aspiro... Y estoy aquí escribiendo y escribiendo, y continúa el vacío.

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