28.7.12

Brave New World.

Solía ser una persona muy normal, fuera de lo habitual, pero dentro de eso, normal.

Muy informal, eso sí, con cara de despreocupación y de sensualidad, y suelen decir que siempre muy coqueta. Maliciosa, pícara, y coqueta. 

Tardé en entender esta faceta, quizá si me hubiese dado cuenta ántes, las cosas hubiesen sido distintas, pero todo se dio por sentado, y siempre sola, la felicidad tocó la puerta, alcanzando éxitos momentáneos, y satisfacciones usualmente banales, pero por fin entendí que debía estar en constante cambio, porque sino, no.

De Huxley pasé al Gran Hermano, y del Gran Hermano a Mr Mojo, pero cada día más miserable, y cada día más vacía. Quizá después de todo la ignorancia sí es felicidad pura en nuestras manos, pero hasta que no lo aprendemos, no lo sabemos y no la extrañamos.

Entendí por fin que nunca había entendido nada, aunque pensara lo contrario, y que por más que por fin tuviese la vaga ilusión de haber encontrado la respuesta, la pregunta más bien se había puesto más complicada. Y todo se echó a perder de nuevo. Todo lo que creía que conocía, se volvió a ir a la mierda.

Y no hay satisfacción más grande en el mundo que sentirse amado y querido, porque en teoría, es lo único que queda. Ya ni Winston ni Bernard me entendían, y aprendí a querer la soledad de El Príncipe. Llegué a entender su miseria, y a amarla sin más que con el trago amargo de estar sola en un camino correspondiente solo a mí.

Y sé que Olive y Sofía me entienden a veces como nadie, sé que esconderse en una gaveta de tu mente tiene sus beneficios, pero ya estoy tan cansada, y tengo mucho frío.

Entonces no sé qué es exactamente lo que pido, porque ya nada me llena, y me está pegando el vacío. Sé algo, creo, y es que huir siempre pospone mi dolor, pero nunca lo quita. Aunque intente abrir un nuevo capítulo, no soy yo quién decide cuando es que por fin se termina.

Tengo el corazón arrugado, roto y desteñido. He intentado encontrar alguien que me tiente, que me sorprenda, y que me intrigue, pero me he autosaboteado todos estos años. Como quien quiere la cosa pero se hace la loca, y cuando por fin la tiene, se asusta y la bota. Exactamente como si no quisiera ser feliz, como si después de tener el helado, lo soltara para que la gravedad lo aplastara al piso. Y ese piso pesa… me pesa mucho y cada día.

No basta con llenarme la cabeza de letras, de leyes, de vidas… solo para olvidarme que en algún punto se perdió la mía. E intento reinventarme y salvarme de un destino que parece inminente, pero nunca nada funciona, y ya el cielo está estrellado… como quien ya está listo para ser hermitaño, estar solo y por siempre aislado.

Quiero un cariño que va más allá de novios y extraño a alguien que nunca tuve como mía, pero tuve la ilusión de algo más o menos.

Sé que sueno inconsistente, pero no tengo prisa y el tiempo se me va de las manos, espero que todo esto no sea en vano, y que todos encontremos -eso- que tanto buscamos.

2 comentarios:

  1. Hay mucha substancia en esta nota. Solo queda decir que comparto tu sentimiento, tu saudade...

    ResponderEliminar