Escribo esto no
precisamente desde la resignación, sino desde una profunda tristeza momentánea
y espero fugaz.
Hoy jueves 24 de
diciembre de 2014 vivimos una dictadura férrea, cínica y sinsentido en
Venezuela. Un absurdo colectivo donde la rotación de caras es “separación de
poderes”, el Estado de Derecho se confunde con un Estado de Opresión constante,
de someter a un pueblo y arrodillarlo para que dependan del régimen imperante. Vivimos
una Venezuela con presos políticos, en una Navidad gris y silente, donde este
año más de 3500 venezolanos fueron apresados por pensar distinto, y sus
derechos humanos, en la mayoría de los casos, fueron violados, y sus rostros y
nombres poco a poco están siendo olvidados.
Vivimos en una
Venezuela decadente, con los medios de comunicación silenciados y periodistas
autocensurados, empresas sumisas y con miedo a la expropiación o el cierre, la corrupción
reinante como la falta de moral y luces, y con el individuo en pleno,
esclavizado.
Vivo en una Venezuela
donde la MUD es cómplice de la tragedia más grande que hemos vivido por siglos:
apagar la chispa y la luz del venezolano, se vendieron por migajas y cargos,
creyendo idiotamente que esta dictadura les concedería el trono en algún
momento. Ese grupito de alcahuetas populistas junto con el régimen denigraron
el concepto de ser venezolano. Ya nuestro nombre no significa riqueza,
prosperidad y esperanza, discusión de ideas y diversidad, nuestro país ya no
significa belleza, élite intelectual y compromiso. Hoy por hoy significamos
pobreza, delincuencia, homicidio, nuestra Venezuela quedó para hacer grandes
colas mendigando jabón y champú, contando las monedas para pagar una ropita en
navidad. Mi país ya no es el sueño latinoamericano, los inmigrantes no nos ven
como una utopía materializada llena de oportunidades.
No escribo esto desde
la ausencia de amor por Venezuela, por el contrario, lo escribo porque
Venezuela es el amor más grande de mi vida, es mi Norte y mi destino, y anhelo
con ansias que esto tan solo sea un mal recuerdo que contarle a mis hijos en un
par de años, de lo que nunca más sucederá con mi país donde ellos habrán
nacido.
Aspiro que este 2015 no
traiga meramente prosperidad y alegría a cada hogar en mi país, también espero
que este régimen irresponsable, hampón y homicida se vaya, que Nicolás Maduro
Moros RENUNCIE, que todo su gabinete ministerial e institucional claudique esta
lucha balurda e innecesaria, que todo aquel quién consiente e inconscientemente
haya apoyado este desastre, responda ante la justicia y la verdad la
destrucción que causaron a nuestra Venezuela.
… Y sé desde el fondo
de mi alma que la justicia hará presencia ese día, el día en que los
venezolanos despertemos y rompamos las cadenas de la esclavitud dizque
socialista, alzando nuestra voz ante las injusticias y adversidades, y salgan
los presos políticos a reunirse con sus familias, y el venezolano dejará de mendingar
por sus derechos y empezará a exigirlos a través de su ciudadanía, huirán como aves
de rapiña aquellos que han herido a Venezuela, pero construiremos el país que
tanto queremos, con sacrificio y trabajo, y será hermoso, reinará la paz y la
conciliación que tanto necesitamos. Y por supuesto lo vamos a lograr cuando
dejemos de mendingar nuestros derechos, y comencemos a exigirlos. Por eso pido
para este 2015 ¡DESPIERTA VENEZUELA!
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