1.9.13

zona de promesas


inquietantemente para mi, y peligrosamente para vos, mis instintos psicópatas explotaron aquel segundo donde tu boca y la mía buscaban una manera de invocarse sin que nuestros espíritus se sintieran acorralados, sin saber que ambos deseábamos la explosión de sabores que se vendría después de aquel juego de te quiero pero en un rato, me gustas pero tan solo un po(r el resto de mis noches)co. Y es que aquél día, que no fue cualquier día, que fue el día de la batalla naval del lago, de la guerra de las galaxias, del choque entre taxis, y mercurio retrógrado, y viejos amores, el seyor de los aires, el muyayo de las tortugas, la empanada de cazón, los dientes de sable, la bomba dañada y las vecinas llorando, y encontrarte al peor de los polvos con su polola y al mejor de los augurios descalzo amerita dos tragos de whisky y al menos media botella de tequila, sin limón, sin sal, sin arrugar la cara porque arruina todo, porque sin vos yo no soy nadie, si nadie llega me voy yo sola, si ya no estás, me vas a ver corriendo por toda la vereda hasta volver a retomar el ritmo cardiaco que adquirí ese día cuando no encontraba una forma coqueta de besarte sin ser intensa, sin ser malcriada, sin ser regalada.

me quité la careta, me aflojé el sostén, zampé los tacones por las escaleras, y me quedé encerrada en el ascensor mental de la noche en el Pestana cuando en mi garganta afloraban contusiones moradas y rosadas, y mi pelo no tapaba tal desdicha, tal descaro, pero no me importó porque me agarraste de la mano, y yo te agarré la barbilla, y me arriesgué a acorralarte contra el espejo, y que nos viera la cámara, porque sin vos no me queda nada.



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